Fuente:
http://marenostrum.org/curiosidades/25cuestiones/
Más del
70 por ciento de la Tierra está ocupado por agua. Origen de la vida, fuente de
mitos y gigantesca vía de comunicación, los mares y los océanos siguen ocultando
grandes misterios, mientras sobre ellos planea la amenaza de la degradación del
Planeta.
El agua
cubre más de 361 millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre,
casi un 71 por ciento de todo el planeta. El 97 por ciento de toda el agua del
planeta corresponde a agua salada marina.
Para los
antiguos griegos, la Tierra era un disco plano rodeado por un gran mar exterior,
el Oceanus, en el que vivían toda clase de criaturas fantásticas bajo el
gobierno de Poseidón, el dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea,
y hermano de Zeus y Hades.
Según la
teoría de la deriva continental los mares se originaron en las cuencas formadas
a causa de la fragmentación de la gran masa de tierra inicial (pangea), las
cuales se fueron llenando de agua por la condensación de la humedad atmosférica
durante más de 60.000 años de lluvias.
Los
océanos son cinco:
Pacífico 155.557.000 km2
Atlántico 76.762.000 km2
Índico 65.556.000 km2
Austral 20.327.000 km2
Ártico 14.056.000 km2
Los mares
son pequeñas divisiones de los océanos más o menos delimitadas por la masa
continental. Pueden ser costeros como el Cantábrico o el de Omán, continentales
como el Rojo o el Mediterráneo, y cerrados o interiores como el mar Muerto o el
mar Caspio.
Uno de los
principales componentes del agua marina son las sales. Un litro de agua de mar
contiene 35 gramos de sales, fundamentalmente, cloruro, sodio, sulfato,
magnesio, calcio y potasio.
El
interior de los océanos esta surcado por corrientes a modo de gigantescos ríos.
Una de las más importantes es la Corriente del Golfo, que discurre por el océano
Atlántico a unos 2.400 metros de profundidad y alcanza, en algunos puntos, una
anchura de 540 kilómetros.
Bajo las
aguas marinas se encuentra la mayor montaña del mundo. Se trata del volcán Mauna
Kea, en Hawai que mide 10.203 metros desde su base hasta la cima, aunque solo
4.213 metros emergen del mar.
Otro de
los récords submarinos es poseer la mayor cordillera montañosa del planeta. Esta
sumergida en el Atlántico y ocupa 16.000 kilómetros, desde Islandia hasta el
Antártico.
Por lo que
respecta a las fosas, los océanos ganan la partida. La mayor está en el
Pacífico, es la de las islas Marianas (11.034 metros). Estas fosas están en
total oscuridad, ya que la luz solar sólo penetra en el océano hasta 240 metros
de profundidad. Las personas pueden llegar hasta 4.000 metros. A partir de ahí,
la presión se hace insoportable.
En medio
del océano las olas alcanzan enormes alturas. Las mayores conocidas superaron
los 34 metros y destrozaron, en 1933, el buque estadounidense Ramapo.
El mayor
terremoto submarino ocurrió en 1946 en las profundidades del Pacífico. La onda
sísmica produjo olas de 14 metros, recorrió 3.500 kilómetros en cuatro horas y
arrasó la ciudad hawaiana de Hilo.
La energía
que generan las mareas ha sido también objeto de aprovechamiento. El primer
intento comercial se realizó en el Canal de la Mancha, en la ciudad de Saint
Maló (Francia). Inaugurada en 1966, la central está dotada de 24 turbinas
reversibles. La energía potencial de las mareas en el Canal de la Mancha alcanza
los 180.000 megavatios.
El mar es
una de las principales despensas y fuente de proteínas del mundo. Las capturas
pesqueras alcanzaron en el año 1990 los 91 millones de toneladas.
La
sobreexplotación pesquera, aunque permite obtener el 6 por ciento de las
proteínas que se consumen en todo el mundo, ha dañado la biodiversidad del
Pacífico y norte del Atlántico.
La
composición de las aguas se ha visto modificada por los vertidos contaminantes,
que proceden en un 80 por ciento de fuentes terrestres. Millones de toneladas de
basura son arrojadas al mar cada año. Sólo las filtraciones de las refinerías
añaden 200.000 toneladas de petróleo a los océanos anualmente.
Según las
ONG de defensa ambiental el fondo del mar es hoy "la sexta potencia nuclear del
mundo". Los datos de los ecologistas indican que en las aguas marinas descansan,
al menos, nueve reactores nucleares y cincuenta cabezas atómicas, fruto de
incendios, naufragios, colisiones entre buques y otros accidentes.
Según
apunta el libro "5.000 días para salvar el planeta", si se quieren solucionar
los problemas del mar, habría que reducir masivamente los vertidos de sustancias
químicas, aplicar con rigor los convenios de medio ambiente marino y obligar a
los petroleros a llevar un doble casco para evitar las mareas negras, algo que
no cumplía el "Prestige".
Los mares
y océanos son además un gran filtro o sumidero ecológico y una de las grandes
bazas para frenar el calentamiento global. Se calcula que las aguas marinas
absorben 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, uno de los
principales gases de efecto invernadero.
Un informe
de la Universidad de Toronto (Canadá), reveló que el nivel de los océanos ha
crecido 20 cm desde 1900 y los datos del Panel Intergubernamental de Expertos
sobre Cambio Climático de la ONU (IPPC) estiman que el calentamiento de la
Atmósfera elevará su nivel 60 centímetros anegando grandes zonas costeras del
planeta.
Los mares
son una enorme fuente de curiosidades, mitos y leyendas. Una de las ideas falsas
es que todos los océanos están al mismo nivel, pero si se helaran de repente,
podrían observarse variaciones de altura entre unos y otros de hasta 20 metros.
Se calcula
que para retener toda el agua de la Tierra sería necesario un recipiente con
capacidad para 1.350 millones de kilómetros cúbicos de líquido.
La
mitología ha situado en los océanos la guarida de criaturas fantásticas y
monstruos marinos. Desde las serpientes marinas hasta las románticas sirenas,
pasando por los noruegos "Kraken", gigantescas criaturas que, según la mitología
escandinava alcanzan varios kilómetros de tamaño.
Junto a
infinitas riquezas biológicas, el mar esconde otros "materiales". Uno de los más
fabulosos fue hallado en 1954 en los restos del galeón San Pedro, hundido a
finales del sigo XVI, y del que se recuperaron 2.000 monedas de oro y plata y
gran cantidad de lingotes.
La mayor
mina de oro se encuentra en las aguas marinas. Por el momento no hay un sistema
rentable para separar las doradas partículas en suspensión.
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